¿El español es más difícil que el inglés?

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Muchas personas te van a asegurar esto: aprender español es más difícil que aprender inglés.

Yo tengo una opinión dividida.

Por un lado, sé que las conjugaciones de los verbos en español son mucho más numerosas que en inglés. Y por otro lado, creo que esa opinión está influida por el primer idioma de la persona que lo dice.

Por ejemplo, el verbo BE, que es el más irregular en inglés, tiene 7 formas diferentes:

  1. Am

  2. Is

  3. Are

  4. Was

  5. Were

  6. Been

  7. Being…

     

    y ya! That’s it! No more!

 

En cambio, en español puedes encontrar por lo menos estas formas del verbo ser:

soy, eres, es, somos, son, era, eras, éramos, eran, seré, serás, será, seremos, serán, fueras, fuera, fuéramos, fueran, sido, sería, serías, seríamos, serían, etcétera.

Sólo aquí llevamos 23 formas…

Y no estoy considerando el verbo estar, que es el otro significado del BE. Así es que podríamos considerar que hay otras 23 formas en las que podemos traducir el verbo BE. Cuarenta y seis formas en español vs. siete formas en inglés.

Y este es uno de los argumentos más usados para aseverar que el inglés es más fácil de aprender que el español.

Sin embargo, creo que ese juicio está sesgado, dependiendo de qué idioma hayas aprendido de pequeño.

Lo que quiero decir es que los infantes (niños que aun no producen el lenguaje hablado) son capaces de identificar regularidades en su lenguaje para usarlas posteriormente al hablar.

No he conocido a ningún niño que se queje de que el idioma que está aprendiendo a hablar (que escucha de sus padres, de los adultos a su alrededor y de otros niños mayores) sea muy complicado. Lo aceptan tal como lo escuchan.

Así que en realidad no importa si están aprendiendo español, inglés, alemán, chino mandarín o ruso.

Los infantes tienen la mente receptiva para captar lo que hay a su alrededor. Y eso es una gran diferencia en comparación con la mente desarrollada de un adulto.

Es por eso que, personalmente, siempre me han parecido misteriosos esos cursos en donde te enseñan inglés “igual que como aprendiste español”. Me pregunto cómo logran que la mente de sus alumnos sea tan receptiva como la de un infante que aún no produce el lenguaje y aún está procesando todo lo que escucha.

Ese tipo de cursos son un misterio para mí.

En fin, el punto de esta entrada en el blog es que ningún idioma es más difícil que otro. Simplemente estamos acostumbrados a la forma en que funciona nuestro primer idioma. Y normalmente tenemos resistencia a adaptarnos a una forma diferente de hacer las cosas.

Realmente deseo que, durante tu aprendizaje del inglés, puedas adaptarte a esta nueva forma de usar las palabras que aprender un segundo idioma necesita.